Firmas electrónicas
Firmar documentos con una firma electrónica le permite asegurarse de que son auténticos, legalmente válidos y que cumplen con todos los requisitos de seguridad.
Con la desmaterialización de los procesos, la firma electrónica se ha convertido en una parte normal de la actividad empresarial cotidiana.
Las firmas electrónicas (a veces denominadas «firmas digitales») reducen el uso del papel y simplifican los flujos de trabajo que implican la firma de documentos, permitiendo su uso tanto a los empleados como a los proveedores u otras entidades.
La firma electrónica puede utilizarse en documentos que deben ser firmados y luego procesados electrónicamente y es cada vez más importante en los procesos de desmaterialización de las organizaciones (instituciones financieras, compañías de seguros, logística, salud, servicios, industria).
Actualmente existen tres tipos de firmas electrónicas previstas en el reglamento eIDAS, y en la directiva de la UE, que pueden utilizarse para diferentes casos de aplicación:
Una firma electrónica sencilla no tiene valor legal y puede ser, por ejemplo, una firma escaneada, que se coloca como imagen bajo los documentos. Este procedimiento normalmente sólo es adecuado para los procesos internos, como los informes de gastos.
La forma avanzada de la firma electrónica ofrece un valor probatorio significativamente mayor que la sencilla.
- Vincula e identifica de forma única al firmante;
- Está diseñada de tal manera que el firmante conserva el control de la misma;
- Vincula el documento de tal manera que cualquier cambio posterior de los datos es detectable.
La firma electrónica cualificada se basa en certificados digitales como el documento de identidad, la clave digital móvil o un certificado emitido por terceras entidades. Representa el máximo nivel de calidad de la firma electrónica y es la única que puede sustituir a la forma escrita, si así lo exige la ley.
- Creados a través de un dispositivo seguro de creación de firmas; (smartcards, lápices USB, tarjetas SIM)
- Y se basa en un certificado cualificado para la firma electrónica.

Firma biométrica
La firma biométrica se considera una firma electrónica avanzada y utiliza la nueva generación de Tablets que recogen, además de la firma digitalizada, un conjunto de datos biométricos basados en algoritmos estáticos y dinámicos: velocidad, duración total, valores de presión, número de levantamientos del bolígrafo, aceleración, dirección del movimiento del bolígrafo, número de bucles radiales, etc.
En caso de litigio, permite una validación exacta de la firma, probando la integridad del documento y autentificando al firmante. Esto permite determinar si el documento ha sido alterado y quién lo ha firmado. Esta forma de firma electrónica es especialmente adecuada para los contratos y acuerdos con clientes y socios.
La firma biométrica queda así vinculada de forma única al firmante pudiendo identificarlo de forma segura, y una vez recogida, se almacena de forma segura y encriptada.